Hoy quería contaros lo que nos ha venido ocurriendo con pelotín en el último mes y medio aproximádamente. En sus casi 10 meses de vida, siempre ha comido muy bien, hasta los 6 meses tomó lactancia materna exclusivamente y a partir de ahí, introdujimos los purés de verduras, frutas, etc.
Desde los 6 meses la fruta la comía genial, como el resto, sin ningún problema, pero como he dicho antes, desde hace un tiempo, era enseñarle la fruta y cerraba la boca, no quería, se quejaba... En una de las visitas al pediatra se lo comenté y me dijo que otra cosa daba igual, pero que verdura y fruta tenía que comer. Claro, me fui preocupada, porque nunca me ha gustado obligar a comer, alguna vez se pierden los papeles, pero con el peloti mayor lo he comprobado, casi no hemos obligado y si no ha querido comer, pues ese día no ha comido y si quería menos, pues menos; al día siguiente comía mejor o cenar... vamos que no se mueren de hambre.
Pero siguiendo con el tema de la fruta y pelotín, teníamos dudas, ¿como obligas a comer a un bebe? ¡No se puede!! y aun así, nosotros le obligábamos como podíamos, para comiera algo de fruta (se lo echábamos en un envase de yogurt vacío y funcionaba hasta que a la segunda cucharada ya se percataba del asunto...) La verdad que estábamos algo agobiados pensando que ya no quisiera mas fruta, que no le gustase....pufff se te pasan mil cosas por la cabeza y a la vez nos extrañaba tanto que antes la comiera sin problema y ahora no....no lo entendíamos.
Pues bien, hoy ha comido en la escuela TODO el puré y TODA la papilla de frutas, al llegar a casa se ha merendado TODA la papilla de frutas, sin protestar, como antes.
¡Ya está bien! Es lo primero que he dicho porque como estuvo con la gastroenteritis... (aunque le duró poquito) y lo siguiente ha sido "¿Ves?, si no comen por algo será, ellos se regulan, no estaría bien del todo" Efectívamente cada vez la experiencia me demuestra mas que no hay que forzar a los niños, que si no quieren no pasa nada, ya lo querrán. Somos nosotros, los padres, los que no sabemos respetar sus ritmos y tener una mente un poco mas abierta en algunos ámbitos como la comida y eso tiene que cambiar. Pero claro, yo entiendo que es muy difícil porque cuando has hecho algo cena, has empleado tiempo e ingredientes y tu hijo te dice que no se lo come... ¡¡que rabia da!!, pero hay que saber pararse, respirar y no enfadarse, mostrarle lo mucho que le queremos y dialogar.
Vamos a seguir intentándolo...
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